Hoy se llevó adelante la última audiencia de debate sobre el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en las que escuchamos a lo largo de dos meses más de 1.400 expositores, tanto a favor como en contra del derecho de las mujeres a poder decidir libremente sobre sus cuerpos.

Creo que al igual que todos/as los/as diputados/as que integramos la Cámara, estoy orgullosa de formar parte de este momento histórico en el que por primera vez en nuestro país se pone en tratamiento el proyecto sobre aborto legal. Orgullosa de cómo se desarrolló el debate de manera libre y respetuosa. Y orgullosa de sentir que el Congreso está a la altura de una discusión que la sociedad ya tiene saldada, que los movimientos feministas vienen impulsando hace años y que refleja genuinamente una demanda social.

Respecto al contenido del debate, realmente siento satisfacción por el nivel que tuvieron las/os expositoras/es que hablaron a favor del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Desde las/os médicas/os, las/os abogadas/os especialistas en la temática, hasta las actrices, las escritoras y ni hablar de las jóvenes, las mujeres de colegios secundarios o universidades que constantemente nos muestran el camino con fortaleza, con entusiasmo, con su alegría y su claridad.

Realmente ninguna de las exposiciones de aquellos que están en contra del proyecto logró conmoverme o replantearme en algo mi posición. Me senté con la mente abierta a escuchar otras posiciones, pero lo que encontré no fueron más que posturas personales, ligadas a la moral o a la religión. Personas con posiciones morales respecto al tema, que entienden que el Congreso de la Nación debe legislar en base a la creencia moral individual de cada una. Eso no es legislar en pos del bienestar social, eso es una actitud autoritaria de quien pretende que su creencia debe ser compartida por todos. Yo no concibo así a la política, ni a mi rol como diputada.

Lo que si me alegra es haber escuchado por parte de representantes de la Iglesia y ONGs, que están en contra de que el aborto sea legal, que se debe impartir Educación Sexual Integral en las escuelas y que se debe cumplir con la Ley de salud sexual. Digo esto, porque hasta antes de comenzar este debate eran esas mismas organizaciones las que se posicionaban en contra de que en los colegios se imparte educación sexual integral, o incluso echaban de colegios a adolescentes por haber quedado embarazadas. Es un gran paso que hoy estemos todos de acuerdo con la importancia de la educación sexual integral.

Creo que lo que hoy se debate es si estás a favor de que el aborto siga siendo una práctica clandestina que puede terminar con la vida de una mujer, o si pensás que el aborto debe ser legal y seguro. La sociedad ya habló, se siente en la calle, en un colectivo, en un colegio desbordado de pañuelos verdes. Creo que el miércoles 13 de junio va a ser un día histórico en el que las mujeres recuperaremos el derecho a decidir libremente sobre nuestros cuerpos. Espero con emoción e ilusión que llegue ese momento.

Publicado en Clarín | 01.06.18

VICTORIA DONDA, diputada nacional