Hoy me acerqué al Hospital Ramos Mejía para escuchar de cerca la situación de crisis que atraviesa la salud pública de la Ciudad. Esta situación no sale en la tapa de los diarios pero es desesperante para cualquiera que tiene que pedir un turno, atenderse o acompañar a un familiar enfermo y no puede pagar una cobertura privada. Entre la crisis y los despidos, los porteños y porteñas que se atienden en hospitales públicos cada vez son más.

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Recorrida por el hospital Ramos Mejía

Nos recibió la Comisión Gremial entre quienes estaban Claudio Gómez de enfermería, Ana Sanchez de la maternidad y Silvana Hernández de infectologia y también pudimos conversar con el Director del Hospital, el Dr. Hugo Pandulo y con el Subdirector Dr. Juan Pablo Rossini.

En el Ramos Mejía las trabajadoras me contaron que las camas no dan abasto, que tienen una lista de espera que cada vez crece más, que falta personal en muchas de las áreas y que, para colmo, Horacio Rodriguez Larreta quiere sacar el jardín que está en el hospital para los hijos e hijas de quienes allí trabajan.

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Laura Velasco junto a trabajadores del hospital Ramos Mejía

En el hospital viene habiendo un ajuste presupuestario evidente: desde el 2001 a la fecha bajó la cantidad de camas para internación. Pero la demanda no cesa, sino al contrario: el sector es de traumatología el que otorgan entre 7 a 9 turnos por día cada 100 en espera; desde el 2014 al 2017 (última medición) hay 20.000 consultas más en el los consultorios externos; y se están dando de 7 a 9 turnos sobre 100 personas en el sector de infecciones respiratorias.

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Charlando con directivos del hospital Ramos Mejía

Esos son solo ejemplos que se extienden a la reducción de comida, la demora en los nombramientos del personal de enfermería y la antigüedad de las camas de internación que ponen riesgo la vida de los pacientes.

“Necesitamos un sistema de salud pública que garantice el trabajo y la buena atención, que no se haga de manera discriminada, sino charlando con todos y todas que forman parte del hospital”, fue una de las frases que las y los trabajadores me dijeron durante la visita.

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Por eso hoy nos acercamos al Ramos Mejía junto a Laura Velasco y Belén Spinetta: los pacientes y los trabajadores son quienes mejor saben sobre el estado de salud pública. Sólo escuchando sus testimonios, experiencias e ideas podemos crear políticas para aspirar a una salud pública de calidad, para todas y todos los porteños.

Fuente de los datos: trabajadores y trabajadoras del Hospital Ramos Mejía