Ayer nos reunimos con vecinas y vecinos de la comuna 8 que fueron adjudicados para las viviendas del Barrio Olímpico, en la zona sur de la Ciudad. En la adjudicación tenían prioridad: docentes, policías y vecinos/as de la comuna. Melina, una de ellas, nos contó que está muy preocupada porque la cuota aumentó a tal punto que se volvió impagable, entre otras causas, porque los salarios no van al mismo paso que el dólar y la inflación. “No quiero que nos regalen nada”, nos dijo. “Sólo quiero cumplir el sueño de tener una vivienda propia”.
La Ciudad de Buenos Aires se está convirtiendo en una ciudad cara y cada vez para más pocos. El Gobierno de la Ciudad, empeñado en realizar negocios inmobiliarios, condena a la mayoría de los porteños a pagar alquileres cada vez más elevados, a vivir en lugares más chicos y, a quienes contrajeron créditos de vivienda, a sufrir porque las cuotas los van ahogando ya que los salarios no van al mismo paso que el dólar y la inflación. El Observatorio de Derechos Humanos estima que casi medio millón de porteños y porteñas tiene problemas habitacionales.
Primero hay que señalar que existe una clara diferencia entre la zona sur y la zona norte de la Ciudad. En la zona sur es donde se observa la mayor cantidad de situaciones informales y condiciones habitacionales deficitarias. En estos barrios más del 70% de los hogares habitan en viviendas deficitarias en sus componentes constructivos, el 20% carece de conexión cloacal y el 56% de las viviendas ubicadas en estos barrios presentan hacinamiento.
El año pasado el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta logró sancionar el nuevo código de edificación que disminuye el mínimo de metros cuadrados para construir empujando a quienes, apenas si pueden pagar un alquiler, a vivir en pequeños lugares. Es decir, a vivir cada vez peor. Esto no parece ser ni una solución ni una prioridad mientras existen, según calculan las organizaciones sociales, 10.000 personas en situación de calle y más de 65.000 viviendas en condiciones de ser habitadas se encuentran vacías o deshabitadas.
Por un lado, el hacinamiento, el trabajar para pagar el alquiler, las estafas inmobiliarias. Por el otro, viviendas ociosas, negocios inmobiliarios y complicidad del Estado porteño. En el medio, la especulación inmobiliaria que expulsa paulatinamente a los que menos tienen.
La Ciudad de Buenos Aires se está convirtiendo en una ciudad cara y cada vez para más pocos. Todavía estamos a tiempo.
Trabajemos juntos para cambiar las reglas de juego y hacer de Buenos Aires una Ciudad sin privilegios, para todas y para todos.
Una Ciudad para vos.
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Fuente: informe “La situación habitacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Dirección de Vivienda y Hábitat, Subsecretaría de Derechos Sociales de la Defensoría del Pueblo de la CABA.
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