En una época como la que vivimos, atravesades por la aceleración constante de la vida, donde la pausa y el derecho a la reflexión se castigan, este 24 de marzo es una ocasión que merece detenernos, al menos, un momento.

Es necesario tomar real dimensión del valor de la memoria histórica, de los sucesos que atravesó nuestro país, del terrorismo de Estado y sus consecuencias económicas, políticas, culturales y sociales de la Argentina incluso hasta nuestros días.

En definitiva, se trata de recordar el pasado para construir un mejor presente y un futuro al que no vuelva a habitar el terror, en cualquiera de sus formas.

Porque para saber a dónde vamos resulta imprescindible recordar de dónde venimos. Porque para construir hoy el modelo de país que queremos es fundamental recordar todo lo que nos robaron hace muy poco, en términos históricos. Recordar: tal parece ser la única llave para que los paréntesis dramáticos de la historia no se repitan.

La magnitud del desafío por delante y lo urgente por resolver en la actualidad adquieren mayor dimensión si no perdemos de vista la etapa inaugurada, a sangre y fuego, el 24 de marzo de 1976.

Por eso, una vez más, la recuperación y puesta en valor de la memoria, la entrada en escena de la mística militante, el entusiasmo, la esperanza, y la alegría, son elementos clave en la construcción de ese país justo, libre, soberano, que todos, todas y todes anhelamos. Pero también la consolidación de una democracia que acepte en su seno la diversidad, al otro, la otra, le otre.

Porque definitivamente no nos habrán vencido, les saqueadores de ayer y de hoy, mientras siga viva la llama de la ilusión de que un mejor presente y un futuro lleno de colores nos corresponden. Mientras los árboles y flores sigan creciendo y los pájaros cantando, todavía todo esto es posible de alcanzar.

Juan Gelman dice que “nadie detiene el día / nadie detiene el sol / nadie detiene al gallo cantor”. Nosotres llevamos a ese gallo cantor en nuestro corazón. Eso constituye ??????? ?????????. Ahora y siempre.