Esta semana tendré el honor de presidir la 14° edición del Foro sobre las Cuestiones de las Minorías, organizado por las Naciones Unidas en Ginebra, como parte del trabajo que venimos haciendo desde el gobierno nacional a través del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y en reconocimiento a mi trayectoria en defensa de los derechos humanos. En esta oportunidad, el Foro se centrará en “La prevención de conflictos y la protección de los derechos humanos de las minorías”.
Aprovecho para agradecer al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que me encomendó tan notable tarea. Esta designación es un orgullo no personal, sino un logro social y de todo el equipo que me acompaña, porque permite comprobar cómo el mundo reconoce iniciativas y el compromiso por defender a los grupos más vulnerados.
Es importante, sin embargo, hacer una salvedad sobre el nombre del Foro, a partir de cómo opera la matriz discriminatoria, colonial y patriarcal en un país como el nuestro.
Históricamente se pensó que son los grupos mayoritarios quienes tienen la capacidad de ejercer poder coercitivo contra las minorías, “los débiles”. Como si fuese una cuestión de cantidades, cuando en realidad estamos hablando de poder.
Lo que es verdaderamente minoritario hoy es el ejercicio de ese poder; y esa concentración de poder, y la consecuente concentración de la riqueza, impiden una redistribución real que garantice mejores oportunidades.
Por eso decimos que hablar de discriminación en Argentina hoy implica pensarla como una cuestión de mayorías.
¿O acaso somos las mujeres una minoría?
¿Las personas que no somos blancas, o con raíces originarias o afroargentinas, no estamos en todas partes?
Las personas pobres, ¿son menos que las ricas?
Nuestro país no sólo ha sufrido la pandemia del coronavirus, sino previamente una pandemia de corte neoliberal que aumentó la desigualdad estructural y condicionó la capacidad de enfrentar la imprevista crisis social y sanitaria. Esto se tradujo en una mayor discriminación por pobreza, por racismo y también por género, tres ejes que determinan las políticas que llevamos adelante desde el INADI.
En tiempos donde la derecha avanza en todo el mundo y también en Argentina, con discursos meritocráticos y contra la intervención del Estado, es más necesario que nunca reafirmar que somos más quienes nos sentimos discriminadas; que somos más quienes sufrimos la desigualdad; y que somos más quienes estamos convencidas y convencidos de que el Estado es el único garante a la hora de defender los derechos de todas, todos y todes, y no sólo de unos pocos.
Por eso, desde el INADI nos encontramos desarrollando diversas iniciativas que acompañan el logro de la meta “Cero discriminación a 2030″ y, al mismo tiempo, contribuyen al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nos encaminamos hacia el diseño del Plan Nacional contra la Discriminación 2022-2024, escuchando a organizaciones de todo el país, a fin de erradicar las prácticas discriminatorias de todos los ámbitos institucionales en los que se despliegan; y estamos impulsando la Ley Antidiscriminatoria junto a distintos sectores sociales e institucionales.
Acabamos de lanzar dos programas de acción como la Campaña Federal por un Deporte Libre de Violencias y Discriminación y la Campaña Federal Escuelas sin Discriminación. También nos encontramos colaborando mediante grupos de trabajo con otros organismos estatales e instituciones privadas, y recorriendo el país con la Comisión de Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina, entre otras muchísimas tareas.
A nivel internacional, desde 2020 y hasta el 2023 el INADI está a cargo de la Presidencia de la Red Iberoamericana de Organismos y Organizaciones contra la Discriminación (RIODD).
Todo este trabajo es lo que se reconoce a la hora de elegirme para presidir esta edición del Foro de la ONU.
Es así, recorriendo el territorio, escuchando a las organizaciones y a los grupos vulnerados y haciéndolos partícipes de la toma de decisiones que los afectan, que estamos enfrentando la discriminación. Porque estamos repartiendo el poder; el poder acceder al deporte, el poder acceder a una educación sin prejuicios, el poder acceder al acompañamiento del Estado en la defensa de tus derechos, el poder acceder a una vida digna y en libertad.
Ahora, con la designación como Presidenta de la 14° edición del Foro sobre las Cuestiones de las Minorías de la ONU, seguiremos honrando esta línea de trabajo en favor de los grupos vulnerados, que representan amplias mayorías en nuestro país.
Es una decisión indeclinable de la actual gestión del Estado nacional: generar políticas desde todos los sectores de gobierno para lograr una Argentina más igualitaria no sólo para algunos, sino para todas, todos y todes.
Nota publicada en Infobae
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