Un hashtag se impuso en las redes: #FeministasEnLasListas. Es una demanda social y es un grito que hago propio, no en mi nombre sino en el de todas las que pusimos el cuerpo, la palabra y el alma para resistir el ajuste brutal de este Gobierno. Nos hemos ganado así un lugar en la historia. Ahora las feministas tenemos que ganarnos un lugar en las listas electorales.
Reclamamos, porque si algo hemos aprendido estos años, es que los derechos los ganamos y los defendemos juntas, y que la fuerza para defenderlos nos la dan nuestras hijas, hijos e hijes, que son el motor que produjo un cambio de paradigma social que estas elecciones tienen el deber de acompañar.
Impulsé junto con otras dirigentes políticas la ley de paridad con la misma convicción con la que ahora reclamo, para todas, lugares prioritarios en estas listas. No tengamos vergüenza en exigirlo: lo merecemos.
No tengamos pruritos en decirlo en voz alta, porque no es en beneficio propio: es para que la política crezca hasta ponerse a la altura de la sociedad.
Esa sociedad es la que reclama que sus representantes comprendan que la equidad y la justicia social no son consignas, son demandas concretas que necesitan recursos y compromiso, y, fundamentalmente, lugares estratégicos en las mesas donde se definen las políticas que nos deben tener prioritariamente en cuenta.
El hashtag que fue tendencia dejó en claro por qué: para terminar con la feminización de la pobreza, para implementar políticas integrales de cuidado, por la igualdad de ingresos, por #NiUnaMenos y por #AbortoLegalYA.
Eso representa nuestro grito #FeministasEnLasListas y esa es la batalla que tenemos que dar hoy para que las que vengan detrás tengan, al fin, el espacio que se merecen y para que tengamos la democracia que necesitamos para crecer.
Nota publicada en Infobae
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