Al igual que como la recibimos en noviembre pasado, compartimos jornadas intensas y maravillosas con la querida vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez Mina, en su segunda visita a la Argentina. Siendo la primera mujer afrodescendiente en alcanzar ese puesto, su elección es un hito fundamental para la historia de su país y la región. Es, además, una bocanada de aire fresco en una coyuntura repleta de desafíos para el campo democrático, popular y nacional.

En su recorrido por el Instituto Patria, la Casa Patria Grande y el Centro Cultural Kirchner, compartimos emotivas charlas cargadas de esperanza y aprendizajes para todas y todos los colombianos y latinoamericanos en general. Y en especial, representar a las y los nadies, aquellas personas ninguneadas, dueñas de nada: los pueblos indígenas, afro, raizales, palenqueros, las mujeres que soportan los asesinatos y las violencias sexuales y de género; la comunidad diversa, las mujeres trans que soportan sistemáticas violencias; el pueblo campesino al que despojan de la tierra, los niños y niñas que mueren de hambre en un país que tiene mucha biodiversidad, pero no les ofrece un plato de comida.

Hoy Colombia está ante una oportunidad histórica de empezar a romper con la desigualdad, caminar hacia la paz en su territorio y colocarse a la vanguardia de la Patria Grande también. Vamos a llevar adelante una agenda antirracista, ambientalista e inclusiva en la región, para construir Estados presentes que les den dignidad y justicia social a nuestros pueblos y conviertan a Latinoamérica en una potencia mundial de la vida.

Quizás te interese: Cuando las presidencias históricas empezaron a ser progresistas